1. Confirmen el diagnóstico de Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad por medio de profesionales especialmente
capacitados.
2. Obtengan un diagnóstico específico: por ejemplo,
“su hijo tiene problemas emocionales” no es un diagnóstico aunque podría ser el
inicio de una descripción. De ser necesario, solicite al profesional que
efectúe el diagnóstico por escrito.
3. Inicien el tratamiento solamente con profesionales que
tengan adecuada formación en el tratamiento del Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad.
4. Busquen información sobre el Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad prestando atención a quienes tienen un sólido respaldo
científico.
5. No se conformen con un listado de problemas o síntomas:
“lados débiles”, procuren desarrollar una perspectiva integral de su hijo o
hija, para lo cual tengan presentes tanto ustedes como los y las profesionales
sus virtudes: “lados fuertes”.
6. Obtengan un Tratamiento Multimodal. Los fármacos a veces
son imprescindibles, pero no menos necesario es aprender formas nuevas para
educar al niño o niña y que éstos, desarrollen estrategias tanto para afrontar las
dificultades del TDAH como para potenciar sus aspectos positivos.
7. Una parte esencial del Tratamiento Multimodal es el
Entrenamiento de Habilidades Parentales. No se conformen con consejos del tipo:
“póngale límites”, “pase más tiempo con su hijo”. Demande que el profesional le
transmita una metodología para cambiar la relación con su hijo en una dirección
positiva, lo oriente y supervise en esos esfuerzos.
8. Organicen actividades en las que ustedes tengan una
involucración positiva con su hijo o hija, en el entrenamiento parental se les
enseñará “el tiempo especial de juego”,
pero además seleccionen actividades artísticas, recreativas, deportivas, de
tiempo libre, etc. que favorezcan una conexión positiva.
9. Pidan información concreta sobre qué es el Trastorno
por Déficit de Atención e Hiperactividad de manera que ustedes piensen y
sientan que ahora “entienden” por qué su hijo o hija se comporta como se
comporta.
10. Busquen una escuela con docentes que conozcan el trastorno,
lo comprendan, sepan cómo remediarlo, al menos parcialmente, mediante adecuadas
intervenciones en el aula y/o modificaciones en la instrucción o el currículo
(o se hallen dispuestas a aprender).
11. Busquen una escuela que interactúen con
profesionales externos y esté dispuesta a dialogar con ellos sobre los cambios
que la escuela puede favorecer tanto desde la óptica educacional, como psicológica
y social.
12. Comprometa al profesional que atiende a su hijo a
que brinde asesoramiento a la escuela si ésta no dispone de los conocimientos o
profesionales de las ciencias de la educación entrenados y si ésta sí dispone
de ellos, que esté abierto al diálogo con el fin de elaborar consensos.
13. Colabore intensamente con la escuela de sus hijos,
aprendan a desarrollar programas de
intervención en forma conjunta.
14. Muchos niños con TDAH padecen otro trastorno en
comorbilidad (es decir, que tienen más de una dificultad trastorno), por lo que
asegúrese de que se han diagnosticado correctamente todos los aspectos del problema.
Muchas veces el diagnóstico debe ser Interdisciplinario.
15. Busque el tratamiento apropiado y más eficaz para
cada uno de los trastornos acompañantes. Si hay trastornos de aprendizaje
deberá realizar un tratamiento psicopedagógico, etcétera. En estos casos, es
muy importante que el o la profesional tome la responsabilidad de “administrar”
el caso, de forma tal que los profesionales involucrados acuerden con ustedes
un plan de trabajo.
16. La educación de un niño o niña con TDAH puede ser
una tarea difícil aunque excitante. Los padres deben prestarse apoyo recíprocamente,
ser equilibrados, justos y ejecutivos en la resolución de problemas.
17. Manténganse calmados: ustedes no pueden darse el
lujo de perder la calma con la misma
facilidad que su hijo cambia de canal el televisor. Conozca cuáles son las
situaciones que lo perturban más y desarrolle estrategias para afrontarlas. La
ira de los padres y las madres en vez de disuadir ciertos comportamientos
tiende a potenciarlos.
18. Parte de la Ayuda que deben prestarse es tener claro
cuándo deben actuar juntos y cuándo turnarse de forma tal de evitar la sobre
exposición.
19. Muchos padres y madres tienden a aislarse social y
familiarmente como consecuencia de las conductas del niño o niña. Esto se debe
evitar, por ejemplo, poniendo en práctica estrategias que faciliten al niño el desarrollo de sus habilidades sociales. Existen programas de entrenamientos
de habilidades sociales y técnicas de modificación comportamental para
conseguir que su hijo o hija se comporte más apropiadamente fuera del hogar.
20. Los padres y madres deben proveer a su hijo o hija
un ambiente estructurado con moderación pero sin rigideces innecesarias:
horarios de comida, sueño, estudio y esparcimiento deben estar ordenados razonablemente.
21. Si el entrenamiento parental no ha logrado que los
padres y madres puedan trabajar de manera conjunta y apropiada, se debe
considerar la Terapia Familiar.
22. Los niños y niñas con TDAH pueden beneficiarse en
extremo de la realización de actividades físicas, éstas no lo curan, pero siempre
es preferible que haya participado de actividades deportivas, especialmente
grupales, a que haya pasado la tarde
mirando televisión. Esto en función del común déficit social que presentan
muchos niños y niñas con TDAH.
23. Alienten también las actividades creativas,
ligadas a todas las formas artísticas: pintura, dibujo, música, etcétera; pero en
contextos estructurados.
24. Los movimientos ociosos de su hijo o hija que no
perturben o sean peligrosos no deben ser bloqueados. A la larga el niño o niña fallará
en conseguir lo que usted quiere y simplemente habrá aumentado su nivel de estrés.
Concéntrese en restringir sólo lo que es necesario.
25. Ayude a su hijo o hija a manejar la tendencia que
tiene de querer tocarlo todo, por ejemplo, proporciónele un objeto o juguete
para manipular en las situaciones que debe permanecer mucho tiempo sentado (en
un viaje, por ejemplo), favorezca la presencia entre sus juguetes de equipos
que el permitan manipulaciones y armados de estructuras tridimensionales, y si su
hijo o hija, mientras presta atención necesita manipular un objeto permítalo siempre
y cuando “realmente” preste atención.
26. Establezcan límites claramente delimitados: por
ejemplo, si está tratando que el niño aprenda respetar una regla específica coloque
carteles recordatorios, explíquele cuál es el comportamiento correcto,
ejecútelo usted mismo como demostración y haga que lo reproduzca: insista hasta
haber moldeado correctamente la respuesta.
27. Realicen una especificación precisa y concreta de
qué comportamientos consideran aceptables y cuáles no. Confirmen que el niño o
niña conoce el desempeño que se le solicita (por ejemplo, por el procedimiento descrito).
28. Establezcan consecuencias positivas o negativas
claramente. El niño o niña debe saber con exactitud cuáles serán las consecuencias
de sus conductas.
29. Provea control, dirección y
supervisión estrecha. La mayoría de los niños y niñas con TDAH responden “casi”
normalmente en situaciones de uno a uno, especialmente si se refuerza en forma positiva
su comportamiento.
30. Organice y supervise su agenda: un momento y un
lugar para cada cuestión. No vacile en que esa agenda sea un inmenso letrero en
la habitación del niño niña. Supervise y aliente su uso.
31. Ayuden a su niño o niña a organizarse, dividiendo
las tareas en partes que pueda manejar: por ejemplo, si un niño de 7 años debe
hacer una tarea tediosa que lleva 30 minutos para ser ejecutada, puede ser
apropiado dividirla en tres partes con pequeños y breves descansos. Supervise estrechamente.
32. Tome conciencia de las capacidades reales de su
hijo o hija en cada momento y no lo empuje más allá: suba la escalara un
peldaño cada vez.
33. Asegúrele un lugar tranquilo despejado de
distractores para trabajar en el hogar: nada de televisión o música cantada; el
escritorio preferentemente contra una pared sin demasiadas cosas atractivas, aunque
allí bien puede estar su horario escolar, su agenda y recordatorios escolares.
34. Regule la cantidad de tiempo en que tiene acceso a
la televisión o videojuegos. No es necesario prohibirlos ni apropiado, pero
establecer un límite horario es prudente. Las capacidades atencionales de un
niño o niña no mejoran cuando mira televisión, aunque sí “deje de molestar”.
35. Ayuden a que establezcan prioridades sobre
criterios eficaces. Los niños y niñas con TDAH cuando tienen más de 3 o 4
tareas a ser ejecutadas pueden presentar problemas en hacer un plan y
ejecutarlo ordenadamente.
36. Recompense a su hijo o hija frecuentemente y en
especial, de forma cercana al momento en que ha exhibido un buen comportamiento.
Prefiera las recompensas (¡Qué bien que has hecho esto!) a los castigos (¡Nunca
vas a cambiar!). Premie, aliente, apruebe y asista, más que corregir y castigar.
37. Si tiene que reprobar una conducta, ponga en
práctica formatos positivos. Por ejemplo, en vez de decir: “No me grites” o
“Hables en ese tono” usted podría decirle: “Desearía seguir conversando contigo
de esto cuando me hables respetuosamente”. Una vez que el niño o niña exhibe el
comportamiento correcto, no vacile en reconocerlo.
38. Si el niño o niña tiende a ser oposicionista y
argumenta en exceso en vez de seguir instrucciones, no aliente este comportamiento
permitiendo esos largos comentarios y tome distancia. Espero otro momento para continuar
el diálogo pero no negocie.
39. No permita que las dificultades hagan que la
mayoría de las interacciones con su hijo o hija sean negativas; signadas por
castigos, comentarios adversos, críticas, etcétera. Por ejemplo,
manténganse atento s a los aspectos positivos de conducta y háganselo saber.
Muchos padres y madres necesitan ayuda para
abordar esta tarea, los años los han enfocado excesivamente en lo disfuncional.
40. No abandonen el tratamiento, el TDAH es “crónico”,
en especial, los síntomas de inatención
e impulsividad tienden a continuar durante la adolescencia y en la vida adulta,
aunque sí se modera la hiperactividad.